Cuando se escapan de sus casas, Seve y sus
amigos sufren un accidente con la mula del carro y descubren,
con horror, que no les late el corazón y, que por lo
tanto, están muertos. De pronto, sienten hambre y empiezan
a comer, por lo que deducen que aún no están muertos
del todo, sino que son simplemente fantasmas. Y la
única manera de liberar su alma para poder ir al cielo es
hacer una buena acción, como encontrar a la mula “prestada”,
que se les ha escapado después del accidente.
Así empiezan a “aparecerse” a las gentes del pueblo.Es
divertidísimo eso de ser invisibles. Pueden hacer todas las
travesuras que quieran porque nadie los ve.
Pero cuando se aburren de hacer travesuras y llega la noche les
deja de gustar su forma de vivir como fantasmas, extrañan a todos
sus familiares, y quieren volver a estar vivos.Mientras tanto,
sus padres los están buscando porque creen que se han perdido.
Cuando los encuentran, los chicos no pueden creerlo…
¡son visibles otra vez! Piensanque todos se van a enojar por
las travesuras que han estado haciendo; pero gracias a ellos
y a sus andadas por el pueblo y el bosque cercano,
el cura recupera una imagen religiosa que hacía años había
sido robada de la iglesia.Y en lugar de enojarse, todo el pueblo los felicita.
Pero cuando se aburren de hacer travesuras y llega la noche les
deja de gustar su forma de vivir como fantasmas, extrañan a todos
sus familiares, y quieren volver a estar vivos.Mientras tanto,
sus padres los están buscando porque creen que se han perdido.
Cuando los encuentran, los chicos no pueden creerlo…
¡son visibles otra vez! Piensanque todos se van a enojar por
las travesuras que han estado haciendo; pero gracias a ellos
y a sus andadas por el pueblo y el bosque cercano,
el cura recupera una imagen religiosa que hacía años había
sido robada de la iglesia.Y en lugar de enojarse, todo el pueblo los felicita.

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